martes, 28 de septiembre de 2010

La OTAN comienza una operación clave para desterrar a los talibanes de Kandahar

La operación Golpe del Dragón ha comenzado y se esperan duros combates para desterrar a los talibanes de su bastión en Kandahar, al sur de Afganistán. El general brigadier Josef Blotz, portavoz de la Fuerza Internacional Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN , ha informado hoy en rueda de prensa que las operaciones conjuntas con las fuerzas de seguridad afganas han entrado en una fase decisiva. Se trata del primer combate a gran escala que incluye múltiples objetivos en esa provincia.
Específicamente la operación Hamkari (cooperación) dentro de Kandahar y sus alrededores ha comenzado una fase importante. Las operaciones de Golpe de Dragón que iniciaron ayer en los distritos de Zharay y Panjwai están en desarrollo y esperamos fuertes combates", ha dicho Blotz en la conferencia de prensa semanal.

Tanto Blotz como el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Zahir Azimi, han declinado ofrecer cifras de bajas en sus fuerzas, pero sí han informado de que las fuerzas de la coalición han matado a al menos cinco insurgentes desde ayer.

El objetivo de la operación, ha dicho el portavoz de la ISAF, es "destruir las posiciones de combate talibanes para que no tengan donde esconderse".

Kandahar es el lugar de nacimiento de los militantes talibanes y es su bastión más importante desde combaten desde hace un par de años a las fuerzas afganas y de la coalición. Blotz ha informado de que operaciones aéreas llevadas a cabo por la OTAN han destruido dos toneladas de explosivos caseros que iban a ser utilizados para cometer atentados suicidas y colocar bombas en las carreteras para emboscar a los aliados.

"Esta no es solo una operación militar que será liderada por las fuerzas de seguridad afganas, sino que también apuntar a mejorar la gobernanza, el proceso de desarrollo y restaurar el control del Gobierno en Kandahar", ha dicho Azimi en la rueda de prensa.

Una victoria en Kandahar es crucial para los esfuerzos del presidente estadounidense Barack Obama para dar un giro a la guerra en Afganistán, que el mes pasado.

Con más de 500 bajas mortales, 2010 está siendo el año más sanguinario para las tropas internacionales desplegadas en Afganistán desde la caída del régimen talibán en 2001, de acuerdo con el portal independiente icasualties.org, y más de 2.000 soldados de la ISAF han perdido la vida desde entonces.

Los talibanes secuestran a 30 empleados de la comisión electoral

Dos candidatos electorales se encuentran entre la treintena de personas secuestradas en Afganistán, según reconoció ayer un portavoz del Gobierno. Esta masiva toma de rehenes es considerada otra forma de presionar a los votantes que se suma al boicot declarado por los talibanes contra las elecciones legislativas que se celebran hoy en el país y de las que el presidente Hamid Karzai espera salir reforzado. La Comisión Electoral comunicó el rapto en la noche del jueves de un candidato en la provincia de Lagman, cuya autoría fue reivindicada posteriormente por los talibanes. Su captura se unió a la del candidato desaparecido hace tres días en la provincia occidental de Herat -donde se encuentra desplegado parte del contingente español-, quien fue secuestrado con tres de sus ayudantes. La comisión denunció también el secuestro de otros 10 empleados en la campaña electoral que desaparecieron en la norteña provincia de Badghis, en la que se encuentra el PRT (equipo de reconstrucción provincial) de España. El jefe de la Policía de Badghis, Sayed Ahmad Sameh, aseguró que los talibanes habían solicitado reunirse con los líderes tribales de la ciudad de Muqur, a los que finalmente capturaron.

Desde el inicio de la campaña política se han producido numerosos secuestros y ataques por parte de los principales grupos insurgentes, que han anunciado su boicot a los comicios. A las elecciones concurren 2.556 candidatos que se disputarán los 249 escaños de la Cámara Baja. Frente a las amenazas de violencia y de fraude, la Comisión Electoral ha decidido mantener cerrados 938 de los 6.835 colegios electorales.

Pero, pese a las dificultades y obstáculos interpuestos por los talibanes y a la corrupción rampante de las instituciones del país, el proceso de democratización en Afganistán prosigue. Una mínima esperanza se abre hueco entre el escepticismo total tanto de la población -más preocupada por los altos niveles de violencia y el temor a las amenazas de los talibanes- y el de la comunidad internacional para la que cualquier resultado mínimamente más legitimado que los de las desastrosas elecciones presidenciales de 2009 significará un paso adelante.

A lo largo de la última semana de campaña se han acumulado advertencias y denuncias de diversas organizaciones de Derechos Humanos, como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, que coinciden en que el país sigue sin estar preparado -nueve años después de la invasión estadounidense- para celebrar unos comicios limpios y democráticos.

Las razones son las de siempre: falta de seguridad y desconfianza hacia los mecanismos electorales, paralizados por el histórico clientelismo y la corrupción institucional. El sistema electoral afgano no permite partidos políticos, por lo que el Parlamento refleja la compleja realidad afgana: representantes de las etnias pastún (mayoritaria en el país), tayika, uzbeka y hazara se entremezclan con los sempiternos señores de la guerra, jefes tribales e intermediarios encargados de crear los bloques parlamentarios

lunes, 20 de septiembre de 2010

La muerte de civiles afganos se dispara


El asesinato de civiles en el conflicto armado de Afganistán se incrementó en un 20% en la primera mitad de 2010 con respecto a las cifras del mismo periodo del año anterior. En total, fallecieron 1.271 ciudadanos afganos, en su gran mayoría en ataques perpetrados por insurgentes pertenecientes a la red conformada por los radicales islamistas talibanes y Al Qaeda, según un nuevo informe de las Naciones Unidas publicado ayer.
"El coste humano de este conflicto se ha disparado. Las víctimas civiles se están incrementando de forma sustancial", aseguró ayer en conferencia de prensa Staffan de Mistura, el representante especial para Afganistán del secretariado general de la ONU. "Hemos visto que el 76% de las víctimas se le atribuyen o las reclaman los propios elementos antigubernamentales, incluidos los talibanes".
Tropas estadounidenses llegan a una base militar en la provincia de Kandahar.
En total, en los primeros seis meses de 2010 hubo 3.268 ciudadanos asesinados o heridos de gravedad. La mayor parte de esas víctimas, 2.477, fueron atacadas por los insurgentes islamistas. El resto, 386, por las fuerzas armadas afganas o por las tropas de la coalición militar liderada por la OTAN. Hay 405 víctimas colaterales de ataques que la ONU no ha podido atribuir a ninguno de los dos bandos. En total, el número de muertos y heridos ha aumentado un 31% respecto a 2009, según el informe, titulado Protección de civiles en el conflicto armado y elaborado por la Misión de Asistencia de la ONU para Afganistán.

Este año ha visto un incremento sustancial de una nueva práctica asumida generalizadamente por los rebeldes: los asesinatos selectivos. Los escuadrones eligen a víctimas civiles y las asesinan con premeditación, en una técnica que se ha incrementado en un 95% respecto a 2009. No solo eligen a candidatos políticos o líderes tribales moderados. De sus campañas no se salvan ni conductores ni maestros sobre los que pueda recaer la mínima sospecha de colaboración con las fuerzas armadas norteamericanas.

"El asesinato selectivo de civiles incluyó a gobernadores de los distintos distritos, miembros de la shura [consejo tribal de ancianos], líderes religiosos, profesores, personal de permiso de las fuerzas de seguridad nacionales de Afganistán, líderes tribales, así como a estudiantes, conductores de camión, médicos, trabajadores de la construcción y todos aquellos que trabajen para las autoridades provinciales y los Ejércitos y las organizaciones internacionales", asegura el informe.

Las dos principales formas de asesinato de civiles, sin embargo, fueron los atentados suicidas con explosivos y las bombas caseras, que conjuntamente aniquilaron a unas 557 personas, el 47% del total de víctimas.

El atentado con mayor número de víctimas este año fue perpetrado en Kandahar el 9 de junio, cuando un joven asesinó a 49 personas en un ataque suicida contra la celebración de una boda. Los talibanes han negado reiteradamente su autoría, aunque la ONU duda de ello. "Ese tipo de afirmaciones de los talibanes no son nuevas, y se usan normalmente para distraer la atención sobre aquellos ataques que causan grandes cantidades de víctimas civiles", reza el informe.

Está siendo este un año de especial ensañamiento con los niños afganos. El número de muertos y heridos menores de edad se incrementó en un 55% respecto a los seis primeros meses de 2009. Los radicales mataron a 74 de ellos, y las tropas progubernamentales, a 51.

En el informe se asegura que los rebeldes buscan activamente el asesinato de niños, "colocando explosivos en mercados o bazares muy transitados, a veces adheridos a bicicletas, o colocados junto a instalaciones, como parques, frecuentemente utilizadas por niños y mujeres".

El presidente estadounidense, Barack Obama, se marcó como prioridad el año pasado reducir a toda costa el número de víctimas civiles en Afganistán. En consecuencia, la OTAN ha reducido drásticamente sus bombardeos aéreos sobre localidades donde se sospeche que se alojan insurgentes. Si bien es cierto que el número de muertos y de heridos colaterales provocados por los ataques aliados y del Gobierno afgano se han reducido en un 30% respecto a 2009, los radicales han incrementado notablemente sus ataques contra civiles.

En consecuencia, los últimos años han visto un incremento continuado en las muertes de civiles. En los seis primeros meses de 2007 hubo 684 víctimas colaterales. La cifra casi se ha doblado este año. La gran diferencia es que ahora son los talibanes, Al Qaeda y sus asociados los principales responsables de esas muertes. Entre 2009 y 2010, el número de ciudadanos asesinados y heridos por los insurgentes se ha incrementado en un 53%.

"En conclusión", explicó ayer De Mistura, "estamos preocupados. Estamos muy preocupados por el futuro, porque el coste humano de este conflicto lo están pagando, desafortunadamente, desproporcionadamente los civiles afganos".


FUENTES:www.elpais.com/
                 www.wikilinks.org/

martes, 14 de septiembre de 2010

INFORMACIÓN GENERAL

 República Islámica de Afganistán

 Es un país sin salida al mar ubicado en el corazón de Asia. Considerado generalmente como parte de Asia Central, está a veces agrupado dentro de un bloque regional entre el Subcontinente Indio o el Medio Oriente, como una entidad religiosa, etno-lingüística y geográfica relacionado con la mayoría de sus vecinos. Limita con Pakistán al sur y al este, con Irán al oeste, con Turkmenistán, Uzbekistán, y Tayikistán al norte, y con la República Popular China al noreste a través del corredor de Wakhan.
En los últimos años las guerras y los conflictos se han sucedido en el país. En 1978 se instaló un gobierno comunista, pero el fuerte hostigamiento de la guerrilla islámica provocó la intervención del ejército soviético en apoyo del gobierno marxista. En el contexto de la Guerra Fría, la guerrilla fundamentalista islámica fue apoyada por Estados Unidos, Arabia Saudita, Pakistán y otras naciones musulmanas. El conflicto armado duró nueve años hasta 1989. Luego se reanudó la guerra civil y en 1996 los talibanes impusieron su régimen basado en la Sharia. En 2001 los Estados Unidos, ayudados por una coalición internacional, como reacción a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, y respondiendo a una política de persecución del grupo Al Qaeda en la región por parte del gobierno estadounidense, derribaron al gobierno talibán, autorizando a través del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la creación de una fuerza internacional para ayudar al régimen del Presidente Hamid Karzai; pero no han conseguido estabilizar el país, que se encuentra inmerso en una guerra constante.

La situación política actual de Afganistán es compleja y confusa. 9 años después del derrocamiento del régimen talibán a raíz de la intervención en el país de la coalición liderada por los Estados Unidos a finales de 2001 (a finales de 1379 de la Hégira). En muchos aspectos Afganistán es un estado tan sólo nominalmente, habiéndose convertido en un protectorado de EE.UU., la OTAN y las Naciones Unidas

jueves, 2 de septiembre de 2010

LUTO EN AFGANISTAN

AQUI LES DAMOS A CONOCER UNOS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS QUE SE PRESENTAN Y SE PRESENTARON ANTERIORMENTE EN AFGANISTAN.


Dos guardias civiles y su intérprete murieron ayer en la base española Qala-i-Naw, en Afganistán. Pese a tratarse de una acción individual y perpetrada por el chófer de uno de los agentes, el Gobierno la interpretó desde los primeros instantes como una acción terrorista premeditada, un extremo confirmado apenas unas horas después por un portavoz de los talibanes. Los compañeros de los dos guardias civiles muertos abatieron al agresor, lo que desencadenó una manifestación de civiles afganos y un intento de asaltar la base española.


El capitán José María Galera y el alférez Abraham Leoncio Bravo realizaban labores de adiestramiento de las fuerzas de seguridad afganas. El atentado y la reacción posterior de los civiles afganos demuestran hasta qué punto los talibanes se proponen explotar en su propio beneficio la presencia de fuerzas extranjeras con distintas misiones. Algunas de ellas, como la que realizaban los dos guardias civiles asesinados, no están en relación directa con la guerra, sino con el intento de la comunidad internacional de reconstruir el país.



De todas las dificultades a las que se enfrentan las fuerzas desplegadas en Afganistán, esta coincidencia entre la misión de guerra y la de reconstrucción es una de las que más está dificultando los progresos en la lucha contra los talibanes. No porque las fuerzas internacionales no hayan perfeccionado la coordinación, sino porque los talibanes se apuntan como éxito militar acciones que no van dirigidas contra tropas en misión de guerra, sino contra las dedicadas a la reconstrucción. Al mismo tiempo, y como consecuencia de los errores que provocan bajas civiles, extienden el rechazo a la presencia de fuerzas extranjeras, sea cual sea su misión. La manifestación contra la base española, resultado, al parecer, de un rumor interesado, prueba la eficacia de esa estrategia.



La presencia de tropas españolas en Afganistán tiene fecha de salida, como la tienen las fuerzas estadounidenses y de las restantes nacionalidades. Para la comunidad internacional, y para el presidente Obama en particular, se trata de una operación más delicada que la de Irak. Desde el punto de vista político, esta última guerra se consideró como parte de la herencia de Bush que convenía desactivar; la de Afganistán fue, en cambio, asumida desde la Casa Blanca y sus aliados como un conflicto propio, en el que había que desterrar el fracaso. Las cosas no están marchando como se esperaba, y es difícil que se produzca un vuelco radical.



Ayer, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad españoles añadieron nuevas víctimas a su abnegada contribución a la estabilidad de Afganistán, por lo que merecen el máximo reconocimiento. El esfuerzo debe continuar, pero es importante haber fijado un plazo. Tanto para que los afganos puedan asumir las responsabilidades en las que ninguna misión internacional podrá sustituirlos, como para evitar que las fuerzas desplegadas en el país se eternicen en una situación cada vez más estancada.



FUENTES:
DIARIO EL PAIS